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Capra, Fritjof. La trama de la vida (1996)

Capra, Fritjof. La trama de la vida (1996)

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original

 
Fritjof Capra
La trama de la vida
Una nueva perspectiva de los sistemas vivos
Traducción de David Sempau
EDITORIAL ANAGRAMA
BARCELONA
 
ÍNDICE
Nota del traductor 
9
Agradecimientos 
15
Prefacio 
19Primera parte
EL CONTEXTO CULTURAL
1. Ecología profunda: un nuevo paradigma 25Segunda parte
LA EMERGENCIA DEL PENSAMIENTO SISTÉMICO
2. De las partes al todo 37
3. La teoría de sistemas 564. La lógica de la mente 70Tercera parte
LAS PIEZAS DEL PUZZLE
5. Modelos de autoorganización 936. Las matemáticas de la complejidad 129Cuarta parte
LA NATURALEZA DE LA VIDA
7. Una nueva síntesis 1718. Estructuras disipativas 1909. Autoconstrucción 20610. El despliegue de la vida 233
11. El
alumbramiento de un mundo 27412. Saber que sabemos 295
Epílogo: 
Alfabetización ecológica 307
Apéndice: 
Bateson de nuevo 315
Notas 
319
Bibliografía 
335
Índice temático 
345
 
Título de la edición original:
The Web of Life
Anchor BooksNueva York, 1996
Portada:
Julio VivasIlustración de Jasmine Kaposi
© Fritjof Capra, I 996
© EDITORIAL ANAGRAMA, S.A., 1998
Pedro de la Creu, 5808034 BarcelonaISBN: 84-339-0554-6Depósito Legal: B. 891 8-1998
 A la memoria de mi madre, Ingeborg Teuffenbach,a quien debo el don y la disciplina de la escritura
 
NOTA DEL TRADUCTOR
La vida, en su infinita generosidad, nos reserva sorpresas y rega los a los que nos lleva por los caminos más insospechados. En in vierno de 1991, curioseando por las estanterías de una tienda Nue va Era, me encontré cara a cara con un ejemplar de 
El puntocrucial
de Fritjof Capra. Fue amor a primera vista, que no pudo consumarse de inmediato ya que mi situación económica no lo per mitía. No obstante, en el verano del 92 lo recibí como regalo de ani versario. Ya desde las primeras páginas, tuve la fuerte sensación de hallarme en un viaje «de vuelta a casa» de la mano de un guía su mamente experto y documentado, viaje en el que iba encontrando confirmadas intuiciones, percepciones, inquietudes y esperanzas,descubriendo al mismo tiempo más y más derivaciones e intercone xiones en una apasionante trama.El rigor del análisis, la cohesión de lo expuesto, la claridad de las ideas y la solidez, de los argumentos que caracterizan toda la obra, fruto todo ello -como después descubrí- de un trabajo ex haustivo, concienzudo, incansable e inspirado en todo momento por el noble afán de poner de manifiesto los orígenes y causas de los problemas más acuciantes de nuestra civilización y presentar alter nativas viables, se convirtieron para en una base sólida desde la que emprender mi propio viaje hacia la autenticidad.Siempre deseé que dicho viaje me permitiera conocer personal mente al hombre cuya obra había tenido un peso decisivo en la ba lanza, de mi vivencia personal y así, cuando una vez más la vida me mostró el camino al ofrecerme la lectura, de un artículo sobre el Schumacher College en el que se mencionaba a Fritjof Capra como profesor habitual de dicho centro, no dudé en pedir información so bre las actividades del mismo y solicitar una. beca para el siguiente curso a cargo del profesor. La beca me fue denegada, lo cual, dicho sea. de paso, resultó ser lo más conveniente ya que, por un lado, mi 
 
situación económica seguía sin permitirme alegrías tales como los gastos del viaje y del resto del coste del curso, y por otro, como des pués supe, el curso Capra-93 fue bastante accidentado al declarár sele al profesor un sarampión nada más llegar al College, lo que le obligó a impartirlo por megafonía durante más de la mitad de su duración a un grupo de alumnos que, por otra parte, resultó ser de masiado numeroso para la buena marcha del mismo.No obstante seguí en la brecha y, al año siguiente, vi culmina das mis aspiraciones al recibir la confirmación de mi aceptación en el College y la concesión de la deseada beca, para el curso Capra-94.Dicho curso -al igual que el del año anterior- se desarrollaría bajo el título de «Ecología, Gaia y la visión sistémica de la vida» y estaría basado en el borrador que Fritjof Capra estaba estructurando para construir la obra que hoy tenéis en vuestras manos.Evidentemente, un año tiene un peso específico notable en el desarrollo de una obra viva como el mencionado borrador, lo que me permitió acceder a una versión ya muy perfilada, del presente estudio dentro, por otra parte, de un curso mejor estructurado que esta vez no se vio perjudicado por incidentes de salud.Durante las cinco semanas de intensa convivencia en las que se desarrolló el curso y con cuyos detalles no os quiero entretener pues sin duda estaréis deseosos de iniciar la lectura de la presente obra,tuve ocasión no sólo de compartir vivencias, búsquedas y descubri mientos intelectuales y espirituales con 25 compañeras y compañe ros de 16 nacionalidades distintas y muy diversos orígenes, edades condición, sino también de ir conociendo a Fritjof Capra, quien compartió, en compañía de su esposa Elizabeth y de su hija Juliette,las horas de refrigerio y asueto con sus alumnos. A través de las cla ses, las tutorías, los grupos de trabajo, las conversaciones privadas,los cafés compartidos y los enfrentamientos en la cancha de volei- bol, tuve el privilegio de conocer al hombre, su modestia, su firmeza,su rigor y su fino sentido del humor, * estableciendo las bases de una relación con la que me sigo viendo honrado en la actualidad.Aun no siendo la traducción una actividad pública habitual para mí, el conocimiento de primera mano del contenido de la pre sente obra y la relación con su autor me animaron en su momento a solicitar del editor el honor de hacerme cargo de su versión en cas tellano, honor y responsabilidad que agradezco enornemente y los que espero haber sabido corresponder.
* Para una mayor comprensión del perfil humano de Fritjof Capra y de
su obra, recomiendo vivamente la lectura de su libro
Sabiduría insólita..
10
Espero que halléis subsanada cualquier falta de profesionalidad con mi más devota dedicación al empeño de haber intentado trans mitir fielmente tanto el contenido como la intención y la vocación de la presente obra, en cuya buena compañía os dejo con mis mejo res deseos de paz, plenitud, prosperidad y armonía con la trama de la vida.
DAVID SEMPAU
Barcelona, diciembre de 1995 
11
 
Esto sabemos.Todo está conectadocomo la sangreque une a una familia...Lo que le acaece a la tierra,acaece a los hijos e hijas de la tierra.El hombre no tejió la trama de la vidaes una mera hebra de la misma.Lo que le haga a la trama,se lo hace a sí mismo.
TED PERRY
(inspirado en el Jefe Seattle)
 
AgradecimientosLa síntesis de conceptos e ideas presentada en este libro precisó de diez años de maduración. Durante dicho tiempo tuve lafortuna de poder discutir la mayoría de los modelos y teoríascientíficos subyacentes con sus autores y con otros científicosque trabajaban en los mismos campos. Deseo expresar mi especial agradecimiento:a Uva Prigogine por dos inspiradoras conversaciones al principio de los ochenta acerca de su teoría de las estructuras disipa-tivas;a Francisco Varela por explicarme la teoría de Santiago de au-topoiesis* y cognición a lo largo de varias horas de intensasdiscusiones en un refugio de esquí de Suiza y por numerosas yesclarecedoras conversaciones durante los últimos diez añossobre la ciencia cognitiva y sus aplicaciones;a Humberto Maturana por dos estimulantes conversaciones amediados de los ochenta sobre cognición y consciencia;a Ralph Abraham por clarificar numerosas cuestiones en relación con las nuevas matemáticas de la complejidad;a Lynn Margulis por un inspirador diálogo en 1987 sobre la hipótesis Gaia y por animarme a publicar mi síntesis, que empezaba apenas a emerger por aquel entonces;a James Lovelock por una reciente y enriquecedora discusiónsobre un amplio abanico de ideas científicas;a Heinz von Foerster por varias esclarecedoras conversacionessobre la historia de la cibernética y los orígenes del conceptode autoorganización;
* En inglés
autopoiesis,
del griego
 poíésis,
«creación»,
depoieíni,
«crear»,
«hacer».
(N. del T.)
15
 
• a Candace Pert por muchas y estimulantes conversacionesacerca de su investigación sobre péptidos;a Ame Naess, George Sessions, Wanvick Fox y Harold Glasserpor inspiradoras discusiones filosóficas y a Douglas Tompkinspor motivarme a profundizar más en la ecología profunda;a Gail Fleischaker por útiles conversaciones telefónicas e intercambios por correo sobre varios aspectos de la autopoiesis,y a Ernest Callenbach, Ed Clark, Raymond Dassman, LeonardDuhl, Alan Miller, Stephanie Mills y John Ryan por numerosasdiscusiones y correspondencia sobre los principios de ecolo
gía.
Durante los últimos años y mientras trabajaba en el libro,tuve diversas y valiosas ocasiones de presentar mis ideas ante colegas y estudiantes para su discusión crítica. Estoy en deuda conSatish Kumar por haberme invitado a impartir cursos sobre «Latrama de la vida» en el Schumacher College de Inglaterra durantetres veranos consecutivos (1992-1994) y con mis estudiantes enesos tres cursos por sus innumerables preguntas críticas y útilessugerencias. Estoy también agradecido a Stephan Harding porimpartir seminarios sobre la teoría Gaia durante mis cursos y porsu generosa ayuda en numerosas cuestiones relativas a la biología y a la ecología. Asimismo, deseo expresar mi agradecimientoa dos de mis estudiantes en Schumacher, William Holloway yMorten Flatau, por su ayuda en mis investigaciones."Durante mi trabajo en el Center for Ecoliteracy de Berkelev,he tenido amplia oportunidad de discutir las características delpensamiento sistémico y de los principios de ecología con maestros y educadores, quienes me han ayudado en gran manera a pulir mi presentación de dichos conceptos e ideas. Deseo agradecerespecialmente a Zenobia Barlow su organización de una serie dediálogos sobre alfabetización ecológica, durante los cuales tuvoefecto la mayoría de dichas discusiones.Tuve también la excelente oportunidad de ofrecer varias partes de mi libro a la discusión crítica en la serie regular de «salonessistémicos» organizados por Joanna Macy entre 1993 y 1995. Estoy muy agradecido a Joanna y a mis colegas Tyrone Cashman y
* El lector interesado podrá encontrar una amplia referencia de las acti
vidades del Schumacher College y de los cursos de Fritjof Capra en la entrevista que me concedió en junio de 1994 y que se publicó en las revistas
Cuer- pomenle
(n." 29) y
3
er 
Milenio
(n.° 17).
(N. del T.)
16
Brian Swimme por las profundas discusiones sobre numerosasideas mantenidas en estas íntimas reuniones.Deseo agradecer a mi agente literario John Brockman sus ánimos y ayuda en la formulación del diseño inicial del libro quepresenté a mis editores.Mi agradecimiento a mi hermano Bernt Capra, a Trena Cicland, Stephan Harding y William Holloway por su lectura del manuscrito completo y sus inapreciables consejos y orientación. Deseo también expresar mi gratitud a John Todd y Raffi por suscomentarios a varios capítulos.Mi especial reconocimiento a Julia Ponsonby por sus hermosos dibujos y su paciencia ante mis reiteradas modificaciones delos mismos.Estoy igualmente agradecido a mi editor Charles Conrad enAnchor Books por su entusiasmo y sus útiles sugerencias.Finalmente, mi agradecimiento muy especial para mi esposaElizabeth y mi hija Juliette por su comprensión y paciencia durante muchos años, en los que una y otra vez he dejado su compañía para «ir arriba» a escribir durante largas horas.
17
 
PREFACIO
En 1944 el físico austríaco Erwin Schrödinger escribió un li-
brito
titulado
¿Qué 
es la 
vida?,
en el que adelantaba una clara yconvincente hipótesis sobre la estructura molecular de los genes.Este libro animó a los biólogos a reflexionar sobre la genética deun modo novedoso, abriendo así una nueva frontera a la ciencia:la biología molecular.Durante las siguientes décadas, este nuevo campo generó unaserie de descubrimientos triunfales que culminaron en el desciframiento del código genético. No obstante, estos espectacularesavances no consiguieron aproximar a los biólogos a la solucióndel enigma planteado en el título del libro de Schródinger. Tampoco eran más capaces de responder a las múltiples cuestionesvinculadas que han desafiado a científicos y filósofos durantecentenares de años: ¿cómo evolucionaron complejas estructuraspartiendo de una colección aleatoria de moléculas? ¿Cl es la relación entre mente y cerebro? ¿Qué es la consciencia?Los biólogos moleculares habían descubierto los componentes básicos de la vida, pero ello no les ayudaba a comprender lasacciones integradoras vitales de los organismos vivos. Hace veinticinco años, uno de los principales biólogos moleculares, SidneyBrenner, hacía las siguientes reflexiones:De algún modo, podríamos decir que todo el trabajo realizado en los campos de la genética y de la biología molecular de losúltimos sesenta años, podría ser considerado como un largo intervalo (...). Ahora que el programa ha sido completado, nos encontramos de nuevo con los problemas que se dejaron sin resolver. ¿Cómo se regenera un organismo dañado hasta recuperarexactamente la misma estructura que tenía antes de producirseel daño? ¿Cómo forma el huevo al organismo? (...) Creo que en19
 
los próximos veinticinco años deberemos enseñar Otro lenguaje alos biólogos
(...).
Desconozco aún su nombre,
¿quién
sabe?
(...)Quizás sea incorrecto pensar que toda la lógica se halla en el nivelmolecular. Quizás debamos ir más allá de los mecanismos de relojería.
1
Desde que Brenner hiciera estos comentarios, ciertamente haemergido ciertamente un nuevo lenguaje para la comprensión delos complejos y altamente integradores sistemas de vida. Distintoscientíficos le dan nombres diferentes: «teoría de los sistemas dinámicos», «teoría de la complejidad», «dinámica no-lineal», «dinámica de redes», etc. Los atractores caóticos, los fractales, las estructuras disipativas, la autoorganización y las redes autopoiésicasson algunos de sus conceptos clave.Este planteamiento de la comprensión de la vida es seguidopor sobresalientes investigadores y sus equipos en todo el mundo. Ilya Prigogine en la Universidad de Bruselas, Humberto Ma-turana en la Universidad de Chile en Santiago, Francisco Várelaen la Escuela Politécnica de París, Lynn Margulis en la Universidad de Massachusetts, Benoít Mandelbrot en la Universidad deYale y Stuart Kauffinan en el Instituto de Santa Fe, por citar sóloalgunos. Varios descubrimientos de estos científicos, aparecidosen libros y publicaciones especializadas, han sido ensalzadoscomo revolucionarios.No obstante, hasta hoy nadie había propuesto una síntesiscompleta que integrase los nuevos descubrimientos en un únicocontexto, permitiendo así al lector común su comprensión demodo coherente. Éste es el reto y la promesa de
La trama de la vida.
La nueva comprensión de la vida debe ser contemplada comola vanguardia científica del cambio de paradigmas, desde unaconcepción del mundo mecanicista hacia una ecológica, como yacomenté en mi libro
El punto crucial.
La presente obra es, en cierto modo, la continuación y expansión del capítulo de
El punto crucial 
titulado «La visión sistémica de la vida».La tradición intelectual del pensamiento sistémico y los modelos y teorías de sistemas vivos desarrollados durante las primeras décadas del siglo, forman las raíces históricas y conceptualesdel marco científico del que se ocupa este libro. De hecho, la síntesis de teorías y modelos actuales que propongo aquí, puede sercontemplada como el esbozo de una emergente teoría de los sistemas vivos capaz de ofrecer una visión unificada de mente, materia y vida.
20
Éste es un libro para el lector común. He utilizado un lengua je tan llano como me ha sido posible y he intentado definir lostérminos técnicos desde su primera aparición en el texto. No obs-tante, las ideas, modelos y teorías que analizo son complejos y enocasiones he sentido la necesidad de profundizar en algunos aspectos técnicos para facilitar la transmisión de su esencia. Estosucede especialmente en algunas partes de los capítulos 5 y 6 y enla primera parte del capítulo 9. El lector poco interesado en losdetalles técnicos puede optar entre curiosear dichas partes o simplemente obviarlas en su totalidad, sin ningún temor a perder elhilo principal de mis argumentos.También observará el lector que el texto incluye no sólo numerosas referencias bibliográficas, sino también abundantes referencias cruzadas a páginas del mismo libro. En mi esfuerzo decomunicar una trama compleja de conceptos e ideas dentro delas limitaciones lineales del lenguaje escrito, he creído que seríade ayuda interconectar el texto con una red de anotaciones. Espero que el lector encuentre que, como la trama de la vida, el libroes, en sí mismo, un todo que es más que la suma de sus partes.
FRITJOF CAPRA
Berkeley, agosto de 1995 
21
 
Primera parte
El contexto cultural
 
I. ECOLOGÍA PROFUNDA: UN NUEVO PARADIGMA
Este libro trata de una nueva comprensión científica de lavida en todos los niveles de los sistemas vivientes: organismos,sistemas sociales y ecosistemas. Se basa en una nueva percepción de la realidad con profundas implicaciones no sólo para laciencia y la filosofía, sino también para los negocios, la política,la sanidad, la educación y la vida cotidiana. Parece por lo tantoapropiado empezar con una descripción del amplio contexto social y cultural en el que se inscribe esta nueva concepción de lavida.
CRISIS DE PERCEPCIÓN
A medida que el siglo se acerca a su fin, los temas medioambientales han adquirido una importancia primordial. Nos enfrentamos a una serie de problemas globales que dañan la biosfera yla vida humana de modo alarmante y que podrían convertirse enirreversibles en breve. Disponemos ya de amplia documentaciónsobre la extensión y el significado de dichos problemas.
1
Cuanto más estudiamos los principales problemas de nuestrotiempo, más nos percatamos de que no pueden ser entendidosaisladamente. Se trata de problemas sistémicos, lo que significaque están interconectados y son interdependientes. Por ejemplo,sólo se podrá estabilizar la población del globo cuando la pobreza se reduzca planetariamente.La extinción en gran escala de especies de animales y plantascontinuará mientras el hemisferio sur siga bajo el peso de deudasmasivas. La escasez de recursos y el deterioro medioambiental secombinan con poblaciones en rápido crecimiento, llevando al colapso a las comunidades locales así como a la violencia étnica y
25
 
tribal, que se ha convertido en la principal característica de laposguerra fría.En última instancia estos problemas deben ser contempladoscomo distintas facetas de una misma crisis, que es en gran parteuna crisis de percepción. Deriva del hecho de que la mayoría denosotros, y especialmente nuestras grandes instituciones sociales, suscriben los conceptos de una visión desfasada del mundo,una percepción de la realidad inadecuada para tratar con nuestrosuperpoblado y global mente interconectado mundo.
Hay 
soluciones para los principales problemas de nuestrotiempo, algunas muy sencillas, pero requieren un cambio radicalen nuestra percepción, en nuestro pensamiento, en nuestros valores. Nos hallamos sin duda en el inicio de este cambio fundamentalde visión en la ciencia y la sociedad, un cambio de paradigmas tanradical como la revolución copernicana. Pero esta constatación noha llegado aún a la mayoría de nuestros líderes políticos. El reconocimiento de la necesidad de un profundo cambio de percepcióny pensamiento capaz de garantizar nuestra supervivencia, no haalcanzado todavía a los responsables de las corporaciones ni a losadministradores y profesores de nuestras grandes universidades.Nuestros líderes no sólo son incapaces de percibir la interconexión de los distintos problemas sino que además se niegan a reconocer hasta qué punto lo que ellos llaman sus soluciones comprometen el futuro de generaciones venideras. Desde la perspectivasistémica, las únicas soluciones viables son aquellas que resulten«sostenibles». El concepto de sostenibilidad se ha convertido enun elemento clave en el movimiento ecológico y es sin duda crucial. Lester Brown, del Worldwatch Institute, ha dado una simple,clara y hermosa definición: «Una sociedad sostenible es aquellacapaz de satisfacer sus necesidades sin disminuir las oportunidades de generaciones futuras.»
2
Éste, en pocas palabras, es el grandesafío de nuestro tiempo: crear comunidades sostenibles, es decir, entornos sociales y culturales en los que podamos satisfacernuestras necesidades y aspiraciones sin comprometer el futuro delas generaciones que han de seguirnos.
EL CAMBIO DE PARADIGMA
En mi trayectoria como físico, me ha interesado principalmente el dramático cambio de conceptos e ideas que tuvo lugar enla física a lo largo de las tres primeras décadas del siglo y que sigue
26
teniendo consecuencias en nuestras teorías actuales sobre la ma-teria. Los nuevos conceptos en física han significado un cambioprofundo en nuestra visión del mundo: desde la perspectiva meanicista de Descartes y Newton hasta una visión ecológica y ho
lis tica.
La nueva visión de la realidad no resultó en absoluto fácil deaceptar a los físicos de principios de siglo. La exploración delmundo atómico y subatómico les puso en contacto con una extraña e inesperada realidad. En su esfuerzo por comprenderla, loscientíficos Rieron dándose cuenta penosamente de que sus conceptos básicos, su lenguaje científico y su misma manera de pensar resultaban inadecuados para describir los fenómenos atómicos. Sus problemas no se limitaban a lo estrictamente intelectual,sino que alcanzaban la dimensión de una intensa crisis emocionalo hasta podríamos decir existencial. Necesitaron mucho tiempopara superar esta crisis, pero al final se vieron recompensados conprofundas revelaciones sobre la naturaleza de la materia y su relación con la mente humana.
3
Los dramáticos cambios de pensamiento que tuvieron lugaren la física a principios de siglo han sido ampliamente discutidospor físicos y filósofos a lo largo de más de cincuenta años. Llevaron a Thomas Kuhn a la noción de «paradigma» científico, definido como «una constelación de logros -conceptos, valores, técnicas, etc.- compartidos por una comunidad científica y usadospor ésta para definir problemas y soluciones legítimos».
4
Los distintos paradigmas, según Kuhn, se suceden tras rupturas discontinuas y revolucionarias llamadas «cambios de paradigma».Hoy, veinticinco años después del análisis de Kuhn, reconocemos el cambio de paradigma en la física como parte integrante deuna transformación cultural mucho más amplia. Actualmente revivimos la crisis intelectual de los físicos cuánticos de los años veinte, en forma de una crisis cultural similar pero de proporcionesmucho más amplias. Consecuentemente, asistimos a un cambio deparadigmas, no sólo en la ciencia, sino también en el más ampliocontexto social.
5
Para analizar esta transformación cultural, he generalizado la definición de Kuhn del paradigma científico a la delparadigma social, que describo como «una constelación de conceptos, valores, percepciones y prácticas compartidos por una comunidad, que conforman una particular visión de la realidad que,a su vez, es la base del modo en que dicha comunidad se organiza».
6
El paradigma ahora en recesión ha dominado nuestra culturaa lo largo de varios centenares de años, durante los que ha con-
27
 
formado nuestra sociedad occidental e influenciado considerablemente el resto del mundo. Dicho paradigma consiste en unaenquistada serie de ideas y valores, entre los que podemos citar lavisión del universo como un sistema mecánico compuesto de piezas, la del cuerpo humano como una máquina, la de la vida en sociedad como una lucha competitiva por la existencia, la creenciaen el progreso material ilimitado a través del crecimiento económico y tecnológico y, no menos importante, la convicción de queuna sociedad en la que la mujer está por doquier sometida alhombre, no hace sino seguir las leyes naturales. Todas estas presunciones se han visto seriamente cuestionadas por los acontecimientos recientes, hasta el punto de que su reconsideración radical está ocurriendo en nuestros días.
ECOLOGÍA PROFUNDA
El nuevo paradigma podría denominarse una visión holísticadel mundo, ya que lo ve como un todo integrado más que comouna discontinua colección de partes. También podría llamarseuna visión ecológica, usando el término «ecológica» en un sentido mucho más amplio y profundo de lo habitual. La percepcióndesde la ecología profunda reconoce la interdependencia fundamental entre todos los fenómenos y el hecho de que, como individuos y como sociedades, estamos todos inmersos en (y finalmente dependientes de) los procesos cíclicos de la naturaleza.Los términos «holístico» y «ecológico» difieren ligeramenteen sus significados y parecería que el primero de ellos resulta menos apropiado que el segundo para describir el nuevo paradigma.Una visión holística de, por ejemplo, una bicicleta significa verlacomo un todo funcional y entender consecuentemente la interdependencia de sus partes. Una visión ecológica incluiría esto, peroañadiría la percepción de cómo la bicicleta se inserta en su entorno natural y social: de dónde provienen sus materias primas,cómo se construyó, cómo su utilización afecta al entorno naturaly a la comunidad en que se usa, etc. Esta distinción entre «holístico» y «ecológico» es aún más importante cuando hablamos desistemas vivos, para los que las conexiones con el entorno sonmucho más vitales.El sentido en que uso el término «ecológico» está asociadocon una escuela filosófica específica, es más, con un movimientode base conocido como «ecología profunda», que está ganando
28
prominencia rápidamente.
7
Esta escuela fue fundada por el filósofo noruego Arne Naess a principios de los setenta al distinguirla ecología «superficial» y la «profunda». Esta distinción está ampliamente aceptada en la actualidad como referencia muy útil enel discernimiento entre las líneas de pensamiento ecológico contemporáneas.La ecología superficial es antropocéntrica, es decir, está centrada en el ser humano. Ve a éste por encima o aparte de la naturaleza, como fuente de todo valor, y le da a aquélla un valor únicamente instrumental, «de uso». La ecología profunda no separaa los humanos -ni a ninguna otra cosa- del entorno natural. Ve elmundo, no como una colección de objetos aislados, sino comouna red de fenómenos fundamentalmente interconectados e ínterdependientes. La ecología profunda reconoce el valor intrínseco de todos los seres vivos y ve a los humanos como una mera hebra de la trama de la vida.En última instancia, la percepción ecológica es una percepción espiritual o religiosa. Cuando el concepto de espíritu es entendido como el modo de consciencia en el que el individuo experimenta un sentimiento de pertenencia y de conexión con elcosmos como un todo, queda claro que la percepción ecológica esespiritual en su más profunda esencia. No es por tanto sorprendente que la nueva visión de la realidad emergente, basada en lapercepción ecológica, sea consecuente con la llamada filosofíaperenne de las tradiciones espirituales, tanto si hablamos de laespiritualidad de los místicos cristianos, como de la de los budistas, o de la filosofía y cosmología subyacentes en las tradicionesnativas americanas.
8
Hay otra manera en que Arne Naess ha caracterizado la ecología profunda. «La esencia de la ecología profunda», dice, «esplantear cuestiones cada vez más profundas.»
9
Ésta es asimismola esencia de un cambio de paradigma.Necesitamos estar preparados para cuestionar cada aspectodel viejo paradigma. Quizás no resultará necesario desdeñarlosen su totalidad, pero, antes de saberlo, deberemos tener la voluntad de cuestionarlos en su totalidad. Así pues, la ecología profunda plantea profundas cuestiones sobre los propios fundamentosde nuestra moderna, científica, industrial, desarrollista y mate-rialista visión del mundo y manera de vivir. Cuestiona su paradigma completo desde una perspectiva ecológica, desde la perspectiva de nuestras relaciones con los demás, con las generacionesvenideras y con la trama de la vida de la que formamos parte.
29
 
ECOLOGÍA SOCIAL Y ECOFEMINISMO
Además de la ecología profunda, hay otras dos escuelas filosóficas de ecología: la ecología social y la ecología feminista o«ecofeminismo». En publicaciones filosóficas de los últimos añosse ha establecido un vivo debate sobre los méritos relativos de laecología profunda, la ecología social y el ecofeminismo.
10
Piensoque cada una de las tres aborda aspectos importantes del paradigma ecológico y que, lejos de competir entre ellos, sus defensores deberían integrar sus planteamientos en una visión ecológicacoherente.La percepción desde la ecología profunda parece ofrecer labase filosófica y espiritual idónea para un estilo de vida ecológicoy para el activismo medioambiental. No obstante, no nos dicemucho acerca de las características culturales y los patrones deorganización social que han acarreado la presente crisis ecológica. Éste es el objetivo de la ecología social.
11
El terreno común de varias escuelas dentro de la ecología social es el reconocimiento de que la naturaleza fundamentalmenteantiecológica de muchas de nuestras estructuras sociales y económicas y de sus tecnologías, tiene sus raíces en lo que Riane Eis-ler ha denominado el «sistema dominador» de la organizaciónsocial.
12
Patriarcado, imperialismo, capitalismo y racismo son algunos ejemplos de la dominación social que son en sí mismos explotadores y antiecológicos. Entre las distintas escuelas de ecología social se cuentan varios grupos anarquistas y marxistas queutilizan sus respectivos marcos conceptuales para analizar distintos patrones de dominación social.El ecofeminismo podría verse como una escuela específicadentro de la ecología social, ya que se dirige a la dinámica básicade la dominación social en el contexto del patriarcado. No obstante, su análisis cultural de múltiples facetas del patriarcado y de losvínculos entre feminismo y ecología va mucho más allá del marcoconceptual de la ecología social. Los ecof eministas ven la dominación patriarcal del hombre sobre la mujer como el prototipo detoda dominación y explotación en sus variadas formas de jerarquía, militarismo, capitalismo e industrialización. Señalan que laexplotación de la naturaleza en particular ha ido de la mano con lade la mujer, que ha sido identificada con la naturaleza a través delos tiempos. Esta antigua asociación entre mujer y naturaleza vincula la historia de la mujer con la del medio ambiente y es el origende la afinidad natural entre feminismo y ecología.
13
Consecuente-
30
mente, el ecofeminismo ve el conocimiento vivencial femeninocomo la principal fuente para una visión ecológica de la realidad.
14
NUEVOS VALORES
En esta breve descripción del paradigma ecológico emergente, he enfatizado hasta ahora los cambios de percepciones y modos de pensamiento. Si ello fuese todo lo que necesitásemos, latransición hacia el nuevo paradigma resultaría relativamente fácil. Hay pensadores suficientemente elocuentes y convincentes enel movimiento de la ecología profunda como para convencer anuestros líderes políticos y económicos de los méritos del nuevopensamiento. Pero ésta es sólo una parte del problema. El cambiode paradigmas requiere una expansión no sólo de nuestras percepciones y modos de pensar, sino también de nuestros valores.Resulta aquí interesante señalar la sorprendente conexión en-tre los cambios de pensamiento y de valores. Ambos pueden sercontemplados como cambios desde la asertividad a la integración. Ambas tendencias -la asertiva y la integrativa- son aspectosesenciales de todos los sistemas vivos.
15
Ninguna es intrínsecamente buena o mala. Lo bueno o saludable es un equilibrio dinámico entre ambas y lo malo o insalubre es su desequilibrio, el en-fatizar desproporcionadamente una en detrimento de la otra. Sicontemplamos desde esta perspectiva nuestra cultura industrialoccidental, veremos que hemos enfatizado las tendencias asertivas a costa de las integrativas. Ello resulta evidente al mismotiempo en maestro pensamiento y en nuestros valores y resultamuy instructivo emparejar estas tendencias opuestas:
Pensamiento
Valores
Asertivo 
racionalanalíticoreduccionista
lineal
Integrativo 
intuitivo
sintéticoholísticono-lineal
Asertivo 
expansióncompeticióncantidaddominación
Integrativo 
conservacióncooperación
Calidad
asociaciónLos valores asertivos -competición, expansión, dominación-están generalmente asociados a los hombres. Efectivamente, enuna sociedad patriarcal éstos no sólo se ven favorecidos, sinotambién recompensados económicamente y dotados de poder
31
 
político. Ésta es una de las razones por las que el cambio hacia unsistema de valores más equilibrado resulta tan difícil para la mayoría de personas y especialmente para los hombres.El poder, en el sentido de dominación sobre los demás, esasertividad excesiva. La estructura social en que se ejerce conmayor eficacia es la jerarquía. Si duda, nuestras estructuras políticas, militares y corporativas están ordenadas jerárquicamente,con hombres generalmente situados en los niveles superiores ymujeres en los inferiores. La mayoría de estos hombres y algunas de las mujeres han llegado a identificar su posición enla jerarquía como parte de sí mismos, por lo que el cambio a unsistema de valores distinto representa para ellos un temor exis-tencial.Existe, no obstante, otra clase de poder más apropiada para elnuevo paradigma: el poder como influencia sobre otros. La estructura ideal para el ejercicio de esta clase de poder no es la jerarquía, sino la red que, como veremos, es la metáfora central dela ecología.
16
El cambio de paradigma incluye por tanto el cambio de jerarquías a redes en la organización social.
ETICA
Toda la cuestión de los valores es crucial en la ecología profunda, es en realidad su característica definitoiia central. Mientras que el viejo paradigma se basa en valores antropocéntricos(centrados en el hombre), la ecología profunda tiene sus bases envalores ecocéntricos (centrados en la tierra). Es una visión delmundo que reconoce el valor inherente de la vida no humana. Todos los seres vivos son miembros de comunidades ecológicas vinculados por una red de interdependencias. Cuando esta profundapercepción ecológica se vuelve parte de nuestra vida cotidiana,emerge un sistema ético radicalmente nuevo.Dicha ética, profundamente ecológica, se necesita urgentemente hoy en día y muy especialmente en la ciencia, puesto quemucho de lo que los científicos están haciendo no es constructivoy respetuoso con la vida, sino todo lo contrario. Con físicos diseñando sistemas de armas capaces de borrar la vida de la faz de latierra, con químicos contaminando el planeta, con biólogos soltando nuevos y desconocidos microorganismos sin conocer susconsecuencias, con psicólogos y otros científicos torturando animales en nombre del progreso científico, con todo ello en mar-
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cha, la introducción de unos estándares «ecoéticos» en el mundocientífico parece de la máxima urgencia.Generalmente no está admitido que los valores no son algoexterno a la ciencia y a la tecnología, sino que constituyen su misma base y motivación. Durante la revolución científica del sigloXVII se separaron los valores de los hechos y, desde entonces, tendemos a creer que los hechos científicos son independientes de loque hacemos y por lo tanto de nuestros valores. En realidad, elhecho científico surge de una constelación completa de percepciones, valores y acciones humanas, es decir, de un paradigmadel que no puede ser desvinculado. Si bien gran parte de la investigación detallada puede no depender explícitamente del sistemade valores del científico que la efectúa, el paradigma más amplioen el que su investigación tiene lugar nunca estará desprovisto deun determinado sistema de valores. Los científicos, por lo tanto,son responsables de su trabajo no sólo intelectualmente, sinotambién moralmente.Dentro del contexto de la ecología profunda, el reconocimiento de valores inherentes a toda naturaleza viviente está basado enla experiencia profundamente ecológica o espiritual de que naturaleza y uno mismo son uno. Esta expansión del uno mismo hasta su identificación con la naturaleza es el fundamento de la ecología profunda, como Arne Naess manifiesta claramente :El cuidado* fluye naturalmente cuando el «sí mismo» se amplía y profundiza hasta el punto de sentir y concebir la protección de la Naturaleza libre como la de nosotros mismos... Aligual que no precisamos de la moral para respirar (...) [igualmente] si nuestro «sí mismo», en el sentido más amplio, abarcaa otro ser, no precisamos de ninguna exhortación moral paraevidenciar cuidado (...). Cuidamos por nosotros mismos, sin precisar ninguna presión moral (...). Si la realidad es como la queexperimenta nuestro ser ecológico, nuestro comportamiento sigue
natural 
y perfectamente normas de estricta ética medioambiental.
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Lo que esto implica es que la conexión entre la percepciónecológica del mundo y el correspondiente comportamiento no es
* En inglés
care,
cuidado, esmero, atención, delicadeza, precaución. Términos todos ellos adecuados para lo que se mienta transmitir: una respetuosa, cuasirreverencial, relación del ser humano con la naturaleza.
(N. del T.)
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una conexión lógica, sino
psicológica.
18 
La lógica no nos conducedesde el hecho de que somos parte integrante de la trama de lavida a ciertas normas sobre cómo deberíamos vivir. En cambio,desde la percepción o experiencia ecológica de ser parte de la trama de la vida,
eslaremos 
(en oposición a
deberíamos estar)
inclinados al cuidado de toda naturaleza viviente. En realidad, difícilmente podríamos reprimirnos de responder de tal modo.El vínculo entre ecología y psicología establecido desde elconcepto del «sí mismo ecológico» ha sido explorado recientemente por varios autores. La ecóloga profunda Joanna Macy escribe sobre el «reverdecimiento del sí mismo»,
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el filósofo War-wick Fox ha acuñado el término «ecología transpersonal»
20
y elhistoriador cultural Theodore Roszak utiliza el término «ecopsi-cología»
21
para expresar la profunda conexión entre ambos campos, que hasta hace poco se veían completamente separados.
EL CAMBIO DE LA FÍSICA A LAS CIENCIAS DE LA VIDA
Al llamar «ecológica», en el sentido de la ecología profunda, ala nueva visión de la realidad, enfatizamos que la vida está en sumismo centro. Éste es un punto importante para la ciencia ya queen el viejo paradigma, la física ha sido el modelo y la fuente demetáforas para las demás ciencias. «Toda la filosofía es como unárbol», escribía Descartes. «Las raíces son la metafísica, el troncola física y las ramas todas las otras ciencias.»
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La ecología profunda ha sobrepasado la metáfora cartesiana.Si bien el cambio de paradigma en la física sigue siendo de interés por haber sido el primero en producirse dentro de la cienciamoderna, la física ha perdido su rol como principal ciencia proveedora de la descripción fundamental de la realidad. Esto, noobstante, aún no está ampliamente reconocido; con frecuencia,científicos y no científicos mantienen la creencia popular de que«si buscas realmente la explicación definitiva, debes preguntar aun físico», lo cual constituye verdaderamente una falacia cartesiana. Hoy, el cambio de paradigma en la ciencia, en su nivel másprofundo, implica un cambio desde la física a las ciencias de lavida.
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Segunda parteLa emergencia del pensamiento sistémico
 
2. DE LAS PARTES AL TODO
Durante el presente siglo, el cambio desde el paradigma me-canicista al ecológico se ha producido en distintas formas, a distintas velocidades, en los diversos campos científicos. No es uncambio uniforme. Engloba revoluciones científicas, contragolpesy movimientos pendulares. Un péndulo caótico en el sentido de lateoría del caos
1
-oscilaciones que casi se repiten pero no exactamente, aparentemente de modo aleatorio pero formando en realidad un patrón complejo y altamente organizado- sería quizás lametáfora contemporánea más apropiada.La tensión básica se da entre las partes y el todo. El énfasis sobre las partes se ha denominado mecanicista, reduccionista oatomista, mientras que el énfasis sobre el todo recibe los nombres de holístico, organicista o ecológico. En la ciencia del sigloxx la perspectiva holística ha sido conocida como «sistémica» y elmodo de pensar que comporta como «pensamiento sistémico».En este libro, usaré «ecológico» y «sistémico» indistintamente,siendo «sistémico» meramente el término más científico o técnico.Las principales características del pensamiento sistémicoemergieron simultáneamente en diversas disciplinas durante laprimera mitad del siglo, especialmente en los años veinte. El pensamiento sistémico fue encabezado por biólogos, quienes pusieron de relieve la visión de los organismos vivos como totalidadesintegradas. Posteriormente, se vio enriquecido por la psicologíaGestalt y la nueva ciencia de la ecología, teniendo quizás su efecto más dramático en la física cuántica. Ya que la idea central delnuevo paradigma se refiere a la naturaleza de la vida, centrémonos primero en la biología.
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SUBSTANCIA Y FORMA
La tensión entre mecanicismo y holismo ha sido lema recurrente a lo largo de la historia de la biología y es una consecuenciainevitable de la vieja dicotomía entre substancia (materia, estructura, cantidad) y forma (patrón, orden cualidad). El aspecto biológico es más que una forma, más que una configuración estáticade componentes en un todo. Hay un fIujo continuo de materia através de un organismo vivo mientras que su forma se mantiene.Hay desarrollo y hay evolución. Por lo tanto, la comprensión delaspecto biológico está inextricablemente ligada a la comprensiónde los procesos metabólicos y relativos al desarrollo.En el alba de la filosofía y la ciencia occidentales, los pitagóricos distinguían «número» o patrón, de substancia o materia, y loveían como algo que limitaba la materia y le daba forma. En palabras de Gregory Bateson:El asunto tomó la forma de «¿Preguntas de qué está hecho-tierra, fuego, agua, etc.?», o preguntas «¿Cuál es su
patrón?»
Lospitagóricos preferían inquirir sobre el patrón a hacerlo sobre la
substancia.
2
Aristóteles, el primer biólogo de la tradición occidental, distinguía también entre materia y forma pero al mismo tiempo lasvinculaba mediante el proceso de desarrollo.
3
En contraste conPlatón, Aristóteles creía que la forma no tenía una existencia separada sino que era inmanente en la materia y que ésta tampocopodía existir aisladamente de la forma. La materia, según Aristóteles, contenía la naturaleza esencial de todas las cosas, pero sólocomo potencialidad. Por medio de la forma, esta esencia se convertía en real o actual. El proceso de la autorrealización de laesencia en el fenómeno real fue denominado por Aristóteles
ente- leqitia 
(«autocompleción»).* Se trata de un proceso de desarrollo,un empuje hacia la plena autorrealización. Materia y forma soncaras de dicho proceso, separables sólo mediante la abstracción.Aristóteles creó un sistema formal de lógica y un conjunto deconceptos unificadores que aplicó a las principales disciplinas desu tiempo: biología, física, metafísica, ética y política. Su filosofíay ciencia dominaron el pensamiento occidental durante dos mil
* En la filosofía aristotélica, estado de perfección hacia el cual tiendecada especie de ser.
(N. del T.)
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años después de su muerte, en los que su autoridad fue casi tanincuestionada como la de la Iglesia.
EL MECANICISMO CARTESIANO
En los siglos XVI y XVII la visión medieval del mundo, basadaen la filosofía aristotélica y en la teología cristiana, cambió radicalmente. La noción de un universo orgánico, viviente y espiritual fue reemplazada por la del mundo como máquina, y ésta seconvirtió en la metáfora dominante de la era moderna. Este cambio radical fue propiciado por los nuevos descubrimientos en física, astronomía y matemáticas conocidos como la Revolucióncientífica y asociados con los nombres de Copérnico, Galileo,Descartes, Bacon y Newton.
4
Galileo Galilei excluyó la cualidad de la ciencia, restringiendoésta al estudio de fenómenos que pudiesen ser medidos y cuanti-ficados. Ésta ha sido una estrategia muy exitosa en la ciencia moderna, pero nuestra obsesión por la medición y la cuantificaciónha tenido también importantes costes, como erráticamente describe el psiquiatra R. D. Laing:El programa de Galileo nos ofrece un mundo muerto: fueraquedan la vista, el sonido, el gusto, el tacto y el olor y con ellosdesaparecen la sensibilidad estética y ética, los valores, las cualidades, el alma, la consciencia y el espíritu. La experiencia comotal queda excluida del reino del discurso científico. Probablemente nada haya cambiado tanto nuestro mundo en los últimoscuatrocientos años como el ambicioso programa de Galileo. Teníamos que destruir el mundo primero en teoría, para poder hacerlo después en la práctica.
5
René Descartes creó el método de pensamiento analítico, con-sistente en desmenuzar los fenómenos complejos en partes paracomprender, desde las propiedades de éstas, el funcionamientodel todo. Descartes basó su visión de la naturaleza en la fundamental división entre dos reinos independientes y separados: elde la mente y el de la materia. El universo material, incluyendolos organismos vivos, era para Descartes una máquina que podíaser enteramente comprendida analizándola en términos de susparles más pequeñas.El marco conceptual creado por Galileo y Descartes -el
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mundo como una máquina perfecta gobernada por leves matemáticas exactas- fue triunfalmente completado por Isaac Newton, cuya gran síntesis -la mecánica newtoniana- constituyó ellogro culminante de la ciencia del siglo XVII. En biología, el mayor éxito del modelo mecanicista de Descartes fue su aplicaciónal fenómeno de la circulación sanguínea por William Harvey.Inspirados por el éxito de Harvey, los fisiólogos de su tiempo intentaron aplicar el modelo mecanicista para explicar otras funciones del cuerpo humano como la digestión y el metabolismo.Tales intentos acabaron no obstante en fracaso, dado que los fenómenos que los fisiólogos intentaban explicar conllevaban procesos químicos desconocidos en la época y que no podían serdescritos en términos mecanicistas. La situación cambió subs-tancialmente en el siglo XVIII, cuando Antoine Lavoisier, el «padre de la química moderna», demostró que la respiración erauna íorma específica de oxidación, confirmando así la importancia de los procesos químicos en el funcionamiento de los organismos vivos.A la luz de la nueva química, los simplistas modelos mecanicistas fueron abandonados en gran medida, pero la esencia de laidea cartesiana sobrevivió. A los animales se les seguía viendocomo máquinas, si bien más complicadas que simples mecanismos de relojería e incluyendo complejos procesos químicos. Consecuentemente, el mecanicismo cartesiano quedó expresadocomo dogma en el concepto de que, en última instancia, las leyesde la biología pueden ser reducidas a las de la física y la química.Simultáneamente, la rígida fisiología mecanicista encontró sumás potente y elaborada expresión en el polémico tratado de Ju-lien de La Mettrie
El hombre máquina,
que mantuvo su fama másallá del siglo XVIII y generó múltiples debates y controversias, algunas de las cuales alcanzaron hasta el siglo xx.
6
EL MOVIMIENTO ROMÁNTICO
La primera oposición frontal al paradigma cartesiano mecanicista partió del movimiento romántico en el arte, la literatura yla filosofía a finales del siglo XVIII y en el siglo XIX. William Blake,el gran poeta místico y pintor que ejerció una fuerte influencia enel Romanticismo británico, fue un apasionado crítico de Newton.Resumió su crítica en estas celebradas líneas:
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Líbrenos Diosde la visión simplista y del sueño de Newton' *Los poetas y filósofos románticos alemanes volvieron a la tra-dición aristotélica, concentrándose en la naturaleza de la formaorgánica. Goethe, la figura central de este movimiento, fue unode los primeros en utilizar el término «morfología» para el estudio de la forma biológica desde una perspectiva dinámica y deldesarrollo. Admiraba el «orden en movimiento»
(bewegliche ord- nung)
de la naturaleza y concebía la forma como un patrón derelaciones en el seno de un todo organizado, concepto que estáen la vanguardia del pensamiento sistémico contemporáneo.«Cada criatura», escribía Goethe, «no es sino una gradación paulada
(schattierung)
de un gran y armonioso todo.»
8
Los artistasrománticos se ocupaban básicamente de la comprensión cualitativa de los patrones o pautas y, por lo tanto, ponían gran énfasisen la explicación de las propiedades básicas de la vida en términos de formas visuales. Goethe en particular sentía que la percepción visual era la vía de acceso a la comprensión de la formaorgánica.
9
La comprensión de la forma orgánica jugó también un papelprimordial en la filosofía de Emmanuel Kant, considerado frecuentemente el más grande de los filósofos modernos. Idealista,Kant separaba el mundo de los fenómenos de un mundo de «las-cosas-en-sí-mismas». Creía que la ciencia podía ofrecer únicamente explicaciones mecanicistas y afirmaba que, en áreas en lasque tales explicaciones resultasen insuficientes, el conocimientocientífico debía ser completado con la consideración del propiopropósito de la naturaleza. La más importante de estas áreas, según Kant, sería la comprensión de la vida.
10
En su
Crítica a la razón,
Kant discutió la naturaleza de los organismos. Argumentaba que éstos, en contraste con las máquinas, son autorreproductores y autoorganizadores. En una máquina, según Kant, las partes sólo existen unas
para 
las otras, en elsentido de apoyarse mutuamente dentro de un lodo funcional,mientras que en un organismo, las partes existen además
por me dio de 
las otras, en el sentido de producirse entre sí." «Debemosver cada parte como un órgano», decía Kant, «que produce lasotras partes (de modo que cada una produce recíprocamente las
* La rima en inglés es como sigue:
«May God us keep / from single visión 
and Newton's sleep.» (N. de! T.)
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otras)... Debido a esto, [el organismo] será a la vez un ser organizado y autoorganizador».
12
Con esta afirmación, Kant se convertía no sólo en el primero en utilizar el término «autoorganiza-ción» para definir la naturaleza de los organismos vivos, sino queademás lo usaba de modo notablemente similar a algunos de losconceptos contemporáneos.
I3
La visión romántica de la naturaleza como «un gran todo armonioso», en palabras de Goethe, condujo a algunos científicosde la época a extender su búsqueda de la totalidad al planeta entero y percibir la Tierra como un todo integrado, como un servivo. Esta visión de la Tierra viviente tiene, por supuesto, una larga tradición. Las imágenes míticas de la Madre Tierra se cuentanentre las más antiguas de la historia religiosa de la humanidad.Gaia, la diosa Tierra, fue reverenciada como deidad suprema enlos albores de la Grecia prehelénica.
14
Antes aún, desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce, las sociedades de la «Vieja Europa»adoraban numerosas deidades femeninas como encarnacionesde la Madre Tierra.
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La idea de la Tierra como un ser vivo y espiritual continuó floreciendo a través de la Edad Media y del Renacimiento, hasta quetoda la visión medieval fue reemplazada por la imagen cartesianadel mundo-máquina. Así, cuando los científicos de siglo XVIII empezaron a visualizar la Tierra como un ser vivo, revivieron unaantigua tradición que había permanecido dormida durante unperíodo relativamente breve.Más recientemente, la idea de un planeta vivo ha sido formulada en el lenguaje científico moderno en la llamada hipótesisGaia y resulta interesante comprobar que las visiones de la Tierra viva desarrolladas por los científicos del siglo XVIII, contienenalgunos de los elementos clave de nuestra teoría contemporánea.
16
El geólogo escocés James Hutton mantiene que los procesos geológicos y biológicos están vinculados, y compara lasaguas de la Tierra con el sistema circulatorio de un animal. Elnaturalista alemán Alexander von Humbolt, uno de los grandespensadores unificadores de los siglos XVIII y XIX, llevó esta ideaaún más lejos. Su «costumbre de ver el planeta como un todo» lellevó a identificar el clima con una fuerza global unificadora y aadmitir la coevolución de organismos vivos, clima y corteza terrestre, lo que abarca casi en su totalidad a la presente hipótesis
Gaia.
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A finales del siglo XVIII y principios del XIX, la influencia delmovimiento romántico era tan fuerte que el problema de la for-
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ma biológica constituía el principal objetivo de los biólogos,mientras que los aspectos relativos a la composición materialquedaban relegados a un plano secundario. Esto resulta especialmente cierto en las escuelas francesas de anatomía comparativao «morfología» encabezadas por Georges Cuvier, quien creó unsistema de clasificación zoológica basado en las similitudes delas relaciones estructurales.
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EL MECANICISMO DEL SIGLO XIX
Durante la segunda mitad del siglo XIX, el péndulo retrocedióhacia el mecanicismo cuando el recientemente perfeccionadomicroscopio condujo a notables avances en biología.
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El sigloxix es más conocido por el desarrollo del pensamiento evolucionista, pero también vio la formulación de la teoría celular, elprincipio de la moderna embriología, el ascenso de la microbiología y el descubrimiento de las leyes de la herencia genética. Es-Ios nuevos descubrimientos anclaron firmemente la biología enla Tísica y la química y los científicos redoblaron sus esfuerzos enla búsqueda de explicaciones físico-químicas para la vida.Cuando Rudolph Virchow formuló la teoría celular en su forma moderna, la atención de los biólogos se desplazó de los organismos a las células. Las funciones biológicas, más que reflejar laorganización del organismo como un todo, se veían ahora comolos resultados de las interacciones entre los componentes básicoscelulares.La investigación en microbiología -un nuevo campo que reve-laba una riqueza y complejidad insospechadas de organismos vivos microscópicos- fue dominada por el genio de Louis Pasteur,cuyas penetrantes intuiciones y clara formulación causaron unImpacto perdurable en la química, la biología y la medicina. Pas-teur fue capaz de establecer el papel de las bacterias en ciertosprocesos químicos, poniendo así los cimientos de la nueva ciencia de la bioquímica, demostrando además la existencia de unadefinitiva relación entre «gérmenes» (microorganismos) y enfermedad.los descubrimientos de Pasteur condujeron a una simplista«teoría de la enfermedad por gérmenes» en la que las bacterias seveían como la única causa de enfermedad. Esta visión reduccio-nista eclipso una teoría alternativa enseñada unos años antes por(Claude Bernard, fundador de la moderna medicina experimental.
43
 
Bernard insistía en la cercana e íntima relación entre un organismo y su enlomo y fue el primero en señalar que cada organismoposee también un entorno interior, en el que viven sus órganos ytejidos. Bernard observaba que en un organismo sano, este mediointerior se mantiene básicamente constante, incluso cuando elentorno externo fluctúa considerablemente. Su concepto de laconstancia del medio interior adelantaba la importante noción dehomeostasis, desarrollada por Walter Cannon en los años veinte.La nueva ciencia de la bioquímica mantenía su progreso y establecía entre los biólogos el firme convencimiento de que todaslas propiedades y funciones de los organismos vivos podían even-tualmente ser explicadas en los términos de las leyes de la física yla química. Esta creencia quedaba claramente explicitada en
La concepción mecanicista de la vicia 
de Jacques Loeb, que tuvouna tremenda influencia en el pensamiento biológico de su época.
EL VITALISMO
Los triunfos de la biología del siglo xix -teoría celular, embriología y microbiología- establecieron la concepción mecanicistade la vida como un firme dogma entre los biólogos. No obstante,llevaban ya dentro de sí las semillas de la nueva ola de oposición,la escuela conocida como biología organicista o «organicismo».Mientras que la biología celular hacía enormes progresos en lacomprensión de las estructuras y funciones de las subunidadescelulares, permanecía en gran medida ignorante respecto a las actividades coordinadoras que integran dichas operaciones en elfuncionamiento de la célula como un todo.Las limitaciones del modelo reduccionista se evidenciaronaún más espectacularmente en el análisis del desarrollo y diferenciación celular. En los primeros estadios del desarrollo de losorganismos superiores, el número de células se incrementa deuna a dos, a cuatro, a ocho y así sucesivamente, doblándose acada paso. Puesto que la información genética es idéntica paracada célula, ¿cómo pueden éstas especializarse en distintas vías,convirtiéndose en células musculares, sanguíneas, óseas, nerviosas, etc.? Este problema básico del desarrollo, que se repite bajodiversos aspectos en biología, desalía claramente la visión mecanicista de la vida.Antes del nacimiento del organicismo, muchos destacadosbiólogos pasaron por una fase vilalista y durante muchos años el
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debate entre mecanicismo y holismo dio paso a uno entre meca-nicismo y vitalismo.
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Una clara comprensión de la concepciónvitalisla resulta muy útil, ya que contrasta agudamente con la vi-sión sistémica de la vida que iba a emerger desde la biología orga-nísmica en el siglo xx.Tanto el vitalismo como el organicismo se oponen a la reduc-ción de la biología a física y química. Ambas escuelas mantienenque, si bien las leyes de la física y la química se pueden aplicar alos organismos, resultan insuficientes para la plena comprensióndel fenómeno de la vida. El comportamiento de un organismocomo un todo integrado no puede ser comprendido únicamentedesde el estudio de sus partes. Como la teoría de sistemas demos-traría más adelante, el todo es más que la suma de sus partes.Vitalistas y biólogos organicistas difieren agudamente en susrespuestas a la pregunta de en qué sentido exactamente el todo esmás que la suma de sus partes. Los primeros aseguran que existealguna entidad no física, alguna fuerza o campo, que debe sumarsea las leyes de la física y la química para la comprensión de la vida.Los segundos afirman que el ingrediente adicional es la comprensión de la «organización» o de las «relaciones organizadoras».Puesto que dichas relaciones organizadoras son consustanciales a la estructura física del organismo, los biólogos organicistas niegan la necesidad de la existencia de cualquier entidad nofísica separada para la comprensión de la vida. Veremos más adelante cómo el concepto de organización ha sido refinado hasta elde «autoorganización» en las teorías contemporáneas de los sistemas vivos y cómo el patrón de autoorganización es la clave parala comprensión de la naturaleza esencial de la vida.Mientras que los biólogos organicistas desafiaban la analogíamecanicista cartesiana tratando de comprender la forma biológicaen términos de un más amplio significado de la organización, losvitalistas no iban en realidad más allá del paradigma cartesiano. Sulenguaje qLiedaba limitado por las mismas imágenes y metáforas;simplemente añadía una entidad no física como directora o diseñadora del proceso de organización que desafiaba las explicacionesmecanicistas. La división cartesiana entre mente y cuerpo guiabapues por igual al mecanicismo y al vitalismo. Cuando los seguidores de Descartes excluían la mente de la biología y concebían elcuerpo como una máquina, el «fantasma en la máquina» -utilizando la frase de Arthur Koestler-
21
aparecía en las teorías vitalistas.El embriólogo alemán Hans Driesch inició la oposición a labiología mecanicista a la vuelta del siglo con sus experimentos
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pioneros con huevos de erizo marino, que le condujeron a formular la primera teoría del vitalismo. Cuando Driesch destruíauna de las células de un embrión en el temprano estadio bicelu-lar, la célula restante se desarrollaba no en medio erizo, sino enun organismo completo, simplemente más pequeño. De formasimilar, organismos completos más pequeños se desarrollabantras la destrucción de dos o tres células en la fase cuatricelulardel embrión. Driesch comprendió que los huevos de erizo marino habían hecho lo que ninguna máquina sería capaz de hacer jamás: la regeneración de entes completos desde algunas de susparles.Para explicar el fenómeno de la autorregulación, Driesch parece haber buscado trabajosamente el patrón de organizaciónperdido,
22
pero, en lugar de centrarse en el concepto de patrón,postuló un íactor causal, para el que escogió el término aristotélico
entelequia.
No obstante, mientras que la en
telequia 
aristotélicaes un proceso de autorrealización que unifica materia y forma, la
enteleqnia 
postulada por Driesch sería una entidad separada queactúa sobre el sistema físico sin ser parte del mismo.La idea vilalista ha sido revivida recientemente de modo mucho más sofisticado por Ruper Sheldrake, quien postula la existencia de campos no lisíeos o
morfogenéticos 
(«generadores deforma») como agentes causales del desarrollo y mantenimientode la forma biológica.
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LA BIOLOGÍA ORGANICISTA
A principios del siglo XX los biólogos organicistas, en oposición al mecanicismo y al vitalismo, tomaron el problema de laforma biológica con nuevo entusiasmo, elaborando y redefinien-do muchos de los conceptos clave de Aristóteles, Goethe, Kant yCuvier. Algunas de las principales características de lo que hoyllamamos pensamiento sistémico surgieron de sus extensas reflexiones.
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Ross Harrison, uno de los exponentes tempranos de la escuela organicista, exploró el concepto de organización, que había ido reemplazando gradualmente la vieja noción de funciónen fisiología. Este cambio de función a organización representóun desplazamiento del pensamiento mecanicista al sistémico, alser la función un concepto esencialmente mecanicista. Harrisonidentificaba configuración y relación como dos aspectos de la
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organización, unificados subsiguientemente en el concepto depatrón o pauta como la configuración de relaciones ordenadas.El bioquímico Lawrence Henderson influenció con su temprano uso del término «sistema» para denominar organismos vivos ysistemas sociales.
25
A partir de aquel momento, «sistema» ha venido a definir un todo integrado cuyas propiedades esenciales surgen de las relaciones entre sus partes, y «pensamiento sistémico»la comprensión de un fenómeno en el contexto de un todo superior. Esta es, en efecto, la raíz de la palabra «sistema» que derivadel griego
synistánai 
(«reunir», «juntar», «colocar juntos»). Comprender las cosas sislémicamente significa literalmente colocarlasen un contexto, establecerla naturaleza de sus relaciones.
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El biólogo Joseph Woodger afirmaba que los organismos podrían ser descritos completamente en términos de sus elementosquímicos «más sus relaciones organizadoras». Esta formulacióntuvo una notable influencia en Joseph Needham, quien mantuvoque la publicación en 1936 de los
Principios biológicos 
de Woodger marcó el fin del debate entre mecanicislas y vitalistas.
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Needham, cuyos primeros trabajos fueron sobre lemas de bioquímicadel desarrollo, estuvo siempre profundamente interesado en lasdimensiones filosófica e histórica de la ciencia. Escribió múltiples ensayos en defensa del paradigma mecanicista, pero posteriormente cambió para abrazar el punto de vista organicista. «Unanálisis lógico del concepto de organismo», escribía en 1935,«nos conduce a la búsqueda de relaciones organizadoras a todoslos niveles, altos y bajos, bastos y sutiles, de la estructura viviente.»
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Más tarde, Needham abandonaría la biología para convertirse en uno de los principales historiadores de la ciencia china y,como tal, en un ferviente defensor de la visión organicista queconstituye la base del pensamiento chino.Woodger y muchos otros subrayaron que una de las características clave de la organización de los organismos vivos era sunaturaleza jerárquica. Efectivamente, una de las propiedades sobresalientes de toda manifestación de vida es la tendencia a constituir estructuras multinivel de sistemas dentro de sistemas. Cadauno de ellos forma un todo con respecto a sus partes, siendo almismo tiempo parle de un todo superior. Así las células se combinan para formar tejidos, éstos para formar óiganos y éstos a suvez para formar organismos. Éstos a su vez existen en el seno desistemas sociales y ecosistemas. A través de todo el mundo viviente nos encontramos con sistemas vivos anidando dentro de otrossistemas vivos.
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Desde los albores de la biología organicista estas estructurasmultinivel han sido denominadas jerarquías. No obstante, estetérmino puede resultar bastante equívoco al derivarse de las jerarquías humanas, estructuras éstas bastante rígidas, de dominación y control, y muy distintas del orden multinivel hallado en lanaturaleza. Es conveniente observar que el importante conceptode red -la trama de la vida- provee una nueva perspectiva sobrelas denominadas jerarquías de la naturaleza.Algo que los primeros pensadores sistémicos admitieronmuy claramente fué la existencia de diferentes niveles de complejidad con diferentes leves operando en cada nivel. En efecto,el concepto de «complejidad organizada» se convirtió en el protagonista del planteamiento sistémico.
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A cada nivel de comple jidad los fenómenos observados evidencian propiedades que nose dan en el nivel inferior. Por ejemplo, el concepto de temperatura, crucial en termodinámica, carece de sentido al nivel deátomos individuales, donde reinan las leyes de la teoría cuántica. Del mismo modo, el sabor del azúcar
no 
está presente en losátomos de carbón, hidrógeno y oxígeno que lo constituyen. Aprincipios de los años veinte, el filósofo C. D. Broad acuñó eltérmino «propiedades emergentes» para estas propiedades quesurgen a un cierto nivel de complejidad pero que no se dan enniveles inferiores.
EL PENSAMIENTO SISTÉMICO
Las ideas propuestas por los biólogos organicistas durante laprimera mitad del siglo contribuyeron al nacimiento de una nueva manera de pensar-«pensamiento sistémico»- en términos deconectividad, relaciones y conlexto. Según la visión sistémica, laspropiedades esenciales de un organismo o sistema viviente, sonpropiedades del todo que ninguna de las partes posee. Emergende las interacciones y relaciones entre las partes. Estas propiedades son destruidas cuando el sistema es diseccionado, ya sea física o teóricamente, en elementos aislados. Si bien podemos discernir partes individuales en todo sistema, estas partes no estánaisladas y la naturaleza del conjunto es siempre distinta de la merasuma de sus partes. La visión sistémica de la vida se halla abundante y hermosamente ilustrada en los escritos de Paul Weiss,quien aportó conceptos sistémicos a las ciencias de la vida desdesus anteriores estudios de ingeniería y dedicó su vida entera a ex-
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plorar y defender una concepción completamente organicista dela biología.
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La aparición del pensamiento sistémico constituyó una pro-funda revolución en la historia del pensamiento científico occidental. La creencia de que en cada sistema complejo el comporta-miento del todo puede entenderse completamente desde laspropiedades de sus partes, es básico en el paradigma cartesiano.Este era el celebrado método analítico de Descartes, que ha cons
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una característica esencial del pensamiento de la cienciamoderna. En el planteamiento analítico o reduccionista, las parles mismas no pueden ser analizadas más allá, a no ser que las reduzcamos a partes aún más pequeñas. De hecho, la ciencia occi-dental ha ido avanzando así, encontrándose a cada paso con unnivel de componentes que no podían ser más analizados.El gran shock para la ciencia del siglo xx ha sido la constatación de que los sistemas no pueden ser comprendidos por mediodel análisis. Las propiedades de las partes no son propiedades in-intrínsecas, sino que sólo pueden ser comprendidas en el contextode un conjunto mayor. En consecuencia, la relación entre las parles y el todo ha quedado invertida. En el planteamiento sistémicolas propiedades de las partes sólo se pueden comprender desde laorganización del conjunto, por lo tanto, el pensamiento sistémicono se concentra en los componentes básicos, sino en los principios esenciales de organización. El pensamiento sistémico es«contextual», en contrapartida al analítico. Análisis significa aislar algo para estudiarlo y comprenderlo, mientras que el pensamiento sistémico encuadra este algo dentro del contexto de un
todo superior.
LA FÍSICA CUÁNTICA
La constatación de que los sistemas son totalidades integradas que no pueden ser
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comprendidas desde el análisis fue aúnmás chocante en física que en biología. Desde Newton, los físicoshabían pensado que todos los fenómenos físicos podían ser reducidos a las propiedades de sólidas y concretas partículas materiales. En los años veinte no obstante, la teoría cuántica les forzó aaceptar el hecho de que los objetos materiales sólidos de la físicaclásica se disuelven al nivel subatómico en pautas de probabilidades en forma de ondas. Estas pautas o patrones, además, no representan probabilidades de cosas, sino más bien de intercone-
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xiones. Las partículas subatómicas carecen de significado comoentidades aisladas y sólo pueden ser entendidas como interconexiones o correlaciones entre varios procesos de observación y medición. En otras palabras, las partículas subatómicas no son «cosas» sino interconexiones entre cosas y éstas, a su vez, soninterconexiones entre otras cosas y así sucesivamente. En teoríacuántica nunca terminamos con «cosas», sino que constantemente tratamos con interconexiones.Así es como la física cuántica pone en evidencia que no podemos descomponer el mundo en unidades elementales independientes. Al desplazar nuestra atención de objetos macroscópicosa átomos y partículas subatómicas, la naturaleza no nos muestracomponentes aislados, sino que más bien se nos aparece comouna compleja trama de relaciones entre las diversas partes de untodo unificado. Como dijera Werner Heisenberg, uno de los fundadores de la teoría cuántica: «El mundo aparece entonces comoun complicado tejido de acontecimientos, en el que conexionesde distinta índole alternan o se superponen o se combinan, determinando así la textura del conjunto.»
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Átomos y moléculas -las estructuras descritas por la físicacuántica- constan de componentes. No obstante, estos componentes -las partículas subatómicas- no pueden ser entendidoscomo entidades aisladas sino que deben ser definidas a través desus interrelaciones. En palabras de Henry Stapp: «Una partículaelemental no es una entidad no analizable con existencia independiente. Es, en esencia, un conjunto de relaciones que se extienden hacia otras cosas.»
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En el formalismo de la teoría cuántica, estas relaciones se expresan en términos de probabilidades y éstas quedan determinadas por la dinámica de todo el sistema. Mientras que en la mecánica clásica las propiedades y el comportamiento de las partesdeterminan las del conjunto, en la mecánica cuántica la situaciónse invierte: es el todo el que determina el comportamiento de laspartes.Durante los años veinte, la física cuántica se debatió en elmismo cambio conceptual de las partes al todo que dio lugar a laescuela de la biología organicista. De hecho, probablemente losbiólogos hubiesen encontrado mucho más difícil superar el mecanicismo cartesiano de no haberse colapsado éste tan espectacularmente como lo hizo en el campo de la física, en el que el paradigma cartesiano había imperado a lo largo de tres siglos.Heisenberg vio el cambio de las partes al todo corno el aspecto
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central de esa revolución conceptual y quedó tan impresionadopor él que
tituló
su autobiografía
Der 
Teil 
und das 
Ganze 
(La par
 v el todo).
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LA PSICOLOGÍA GESTALT
Mientras los primeros biólogos organicistas luchaban con elproblema de la forma orgánica y debatían los méritos relativosal mecanicismo y al vitalismo, los psicólogos alemanes desde elprincipio contribuyeron al diálogo.
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La palabra alemana paradenominar la forma orgánica es
gestalt 
(a diferencia de
form,
que denota aspecto inmanente) y el muy discutido tema de laforma orgánica era conocido como el
gestaltproblem 
en aquellostiempos. A la vuelta del siglo, el filósofo Christian von Ehren-felds fue el primero en usar
gestalt 
en el sentido de una pautaperceptual irreductible, sentido que impregnaba la escuela depsicología
Gestalt.
Ehrenfels caracterizaba la gestalt afirmando que el todo es más que la suma de las partes, lo que se con-vertiría en la fórmula clave de los pensadores sistémicos másadelante.
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Los psicólogos Gestalt, liderados por Max Wertheimer yWolfgang Köhler, veían la existencia de lodos irreductibles comoun aspecto clave de la percepción. Los organismos vivos, afirma-ban, perciben no en términos de elementos ¿lisiados, sino de pa-trone perceptuales integrados, conjuntos organizados dotadosde significado, que exhiben cualidades ausentes en sus partes. Lanoción de patrón estuvo siempre implícita en los escritos de lospsicólogos Gestalt, quienes a menudo usaban la analogía de unlema musical que puede ser interpretado en diferentes tonos sinperder por ello sus prestaciones esenciales.Como los biólogos organicistas, los psicólogos gestalt veían suescuela de pensamiento como una tercera vía más allá del mecanicismo y el vitalismo. La escuela Gestalt hizo contribucionessubstanciales a la psicología, especialmente en el estudio y aprendizaje de la naturaleza de las asociaciones. Varias décadas después, ya en los sesenta, su planteamiento holístico de la psicologíadio lugar a la correspondiente escuela de psicoterapia conocidacomo terapia Gestalt, que enfatiza la integración de las experiencias personales en conjuntos significativos.
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Durante la República de Weimar de la Alemania de los añosveinte, tanto la biología organicista como la psicología Gestalt
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